Con ocasión de la publicación del libro Florinda de Rafael Pombo. Edición crítica y estudio del libreto de la ópera (Ediciones Uniandes, 2022), he preparado esta entrada de blog para poder complementar la lectura con algunos elementos visuales, así como con un video de la ópera. El libro se puede comprar en versión e-book en este enlace.
Cuando Rafael Pombo y José María Ponce de León estrenaron la ópera Florinda el 18 de noviembre de 1880, inscribían sus nombres en una lista ya milenaria de autores que habían tratado el tema de la ocupación de la península ibérica en 711 por los musulmanes. Entre los eventos de 711 y 1880, muchas lecturas de la historia existieron: crónicas medievales musulmanas, cristianas, romances renacentistas, teatro barroco, poesía romántica y óperas o zarzuelas a finales del XIX.
A continuación, propongo una selección de imágenes de diferentes épocas y culturas que muestran cómo la historia de Florinda, del rey Rodrigo y de la pérdida de Hispania se reflejó en imaginarios visuales a través de los siglos.
Las representaciones medievales


A la derecha, miniatura de un manuscrito del siglo XI conservado en la Biblioteca Nacional de España en donde aparecen el rey Rodrigo y su rival Tariq.
En el Renacimiento

Cuenta la leyenda que Hércules ocultó en el palacio de Toledo los males que amenazaban a Hispania y cada rey debía añadir un candado a la puerta. Pero Rodrigo no cumplió con el deber y abrió la cueva en búsqueda de los tesoros de Hércules. Como consecuencia de su acto, el imperio visigdo llegó a su fin e Hispania fue ocupada por los musulmanes.
El castillo de Alcalá de Guadaira por los pintores románticos
El conde don Julián y su hija Florinda vivieron, según algunas crónicas, en el castillo de Alcalá de Guadaíra, a pocos kilometros de Sevilla. En el siglo XIX, varios pintores representaron el recinto fortificado de Alcalá, construido a partir del siglo XII, es decir cuatro siglos despúes de la historia de Florinda.


En este enlace se puede acceder a una galería con varias fotos e imágenes del castillo de Alcalá.
Florinda o la cava saliendo del baño
Hacia 1440 apareció la Refundición toledana de la crónica de 1344, nueva versión de la Crónica General de España de 1344. Ahí aparece una nueva situación, inexistente en las versiones anteriores: Rodrigo, oculto entre los árboles, espía el baño de Florinda. Además de actualizar la leyenda en el imaginario erótico del voyerismo renacentista —el rey David espiando a Betsabé o los dos ancianos observando el baño de Susana— esta nueva artimañan permite justificar el deseo de Rodrigo y la violación de Florinda. Florinda, al provocar al rey, se convierte en culpable, culpable de despertar la real libido que llevaría a la derrota de los visigodos frente a los musulmanes.
Sentadas a la redonda / La Cava a todas les dijo / Que se midiesen los brazos / Con un listón amarillo.
Midiéronse las doncellas; / La Cava lo mismo hizo, / Y en blancura y lo demás / Grandes ventajas les hizo.
Pensó la Cava estar sola; / Pero la ventura quiso / Que por una celosía / Mirase el Rey D. Rodrigo
Romancero pintoresco, Romance II.




Florinda, una frágil niña…
Detengámonos un momento ante el siguiente cuadro del pintor español José Robles y Martínez (1843-1911), Florinda o Niña con lilas (ca. 1893, Museo del Prado). El pintor representó una niña —¿tal vez no tenga diez años?— mirada ausente, rostro inclinado hacia su izquierda, como conteniendo el aliento. Florinda, “la flor más linda”, aparece en un mundo floral. Pero su chaleco, rasgado y mal puesto, cubre un cuerpo aún impúber; de su delantal escarlata caen ramos turgentes de lilas blancas y moradas, flores de la primavera y de la inocencia. Tras ella, un muro de toscas piedras la separa de un cielo azul celeste.
Más de cien años antes del movimiento #MeToo, el silencio de esta niña denuncia siglos de opresión y de violencia contra la mujer que fue Florinda. Florinda, como tantas mujeres épicas, adquirió una fuerza trágica tras centurias de existencia en la literatura, el teatro, la ópera o la pintura. La Florinda creada por las artes es una Florinda reverencial.
Pero Florinda, si realmente existió, era una niña. Una niña violada por un rey, encerrada en un mundo de violencias masculinas. No lo olvidemos. Porque muchos autores parecen haberlo olvidado.
El rey Rodrigo en el siglo XIX
La iconografía sobre el rey Rodrigo, en el siglo XIX, presenta un personaje atormentado, tal como aparece en la Visión de Rodrigo de Walter Scott (1829). Rodrigo, derrotado tras la Batalle de Guadalete, víctima del sino, se convierte en un personaje romántico, más de un milenio despúes de los hechos.
El cuadro de Mariano de la Roca y Delgado (1853, Museo del Prado) fue un encargo por la reina Isabel II para representar sus antepasados. Por tal razón, en este cuadro Rodrigo aparece como un soberano seguro de si mismo.



La batalla de Guadalete
Los cronistas medievales definieron coordenadas espaciotemporales (19 a 26 de julio de 711 a orillas del río Guadalete) para fijar en el pasado hechos poco concretos y crear un referente para la historia nacional española. Hoy por hoy, los especialistas coinciden en que fueron muchas las batallas que dejaron a la armada visigoda exangüe al cabo de varios años. En el 712 la desaparición del rey, la toma de Toledo y el exterminio de la nobleza visigoda marcaron el final del reino de los visigodos de Hispania (419-712). Los musulmanes se adueñaron de la península ibérica y asentaron un califato que permanecería durante siete siglos.
La batalla de Guadalete, fue pintada por varios pintores del siglo XIX. Rodrigo aparece sobre su caballo blanco, Orelia.



Pelayo

Florinda de Ponce de León, versión para canto y piano
Libretos de ópera
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